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HARARE, Zimbabwe, 16 de febrero de 2005 - Para Kristen, de 16 años, todos los días se hacen largos.
Kristen madruga y va a buscar agua, luego despierta a sus dos hermanos menores, y los ayuda a prepararse para ir a la escuela. Ella les hace el desayuno y los acompaña después hasta la escuela. A pesar de que su madre y su padre murieron hace tres años, Kristen se las arregla para seguir estudiando, y después de clase regresa a su hogar para cultivar el pequeño huerto con que complementa la alimentación de la familia. Luego recoge leña, prepara la cena y ayuda a sus hermanos con las tareas escolares. Alrededor de las 11 de la noche, Kristen comienza a hacer sus deberes escolares. Y seis horas más tarde, comienza una nueva jornada.
Se trata de una carga demasiado pesada para sus pequeños hombros, pero se trata también de una situación que se repite con regularidad aterradora a lo largo y a lo ancho de este país castigado por el VIH/SIDA. En Zimbabwe, casi un millón de niños han perdido a uno o ambos progenitores debido al VIH/SIDA. El Gobierno de Japón, en colaboración con el UNICEF y el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para la Seguridad de los Seres Humanos, se propone aliviar esa carga.
Para ello han establecido en la región meridional de Zimbabwe el campamento Masiye, donde se brinda orientación psicológica a huérfanos provenientes de todo el país. Mediante juegos, canciones, bailes y representaciones teatrales, en el campamento se ayuda a los niños a dominar su pena y se fomenta el crecimiento personal y la prevención del VIH/SIDA. El campamento cuenta también con facilitadores capacitados que han difundido a todo el país la metodología que se emplea en Masiye, lo que permite que los niños y niñas como la propia Kristen asistan a establecimientos similares en los distritos donde viven

Febbie Yaso, de 15 años, hace las tareas escolares en la casa de un vecino, a 20 kilómetros de Harare. Febbie vive sola desde que su hermano desapareció inmediatamente después que los progenitores de ambos murieran de VIH/SIDA
El UNICEF y el Gobierno de Zimbabwe han puesto en marcha un nuevo programa bienal. A pesar de que hay esperanzas de que los campamentos continúen creciendo y prosperando, se están unificando las actividades referidas a la protección y educación de la niñez, así como a los servicios de salud, la nutrición y el abastecimiento de agua y saneamiento, a fin de prevenir un gran aumento en el número de huérfanos.
"No sólo Zimbabwe sino toda la región tiene frente a sí una lucha monumental para satisfacer las necesidades del creciente número de huérfanos del VIH/SIDA", afirma el Representante del UNICEF en Zimbabwe, Dr. Festo Kavishe. "De allí la importancia de los proyectos como el campamento de Masiye. Porque en una época en que no se dispone de más apoyo internacional, esos proyectos ayudan a la niñez de Zimbabwe no sólo a confrontar su situación sino también a progresar a pesar de las circunstancias inmensamente

Una mujer del grupo étnico de Akha está sentada a la puerta de la casa con su nieta que ha perdido a su padre y a su madre a causa del SIDA (Tailandiav
Comunidades cooperantes
El UNICEF cree que los niños y niñas huérfanos deberían permanecer en su comunidad siempre que sea posible para poder recibir la atención y el cuidado de sus parientes. Además de que el cuidado de los familiares es mucho mejor para los niños y niñas y mucho menos costoso que la atención institucionalizada, los que se crían en un ámbito familiar también desarrollan mejor su comportamiento social y son personas más adaptadas sicológicamente que aquellos que crecieron en una institución benéfica, porque reciben más afecto y atención y desarrollan una conciencia mayor de su identidad personal.
Por eso, el UNICEF coopera con ONG y grupos de la comunidad para asegurarse de que las familias tengan recursos con los que cuidar adecuadamente a los niños y niñas huérfanos. Este respaldo abarca desde facilitar orientación sicológica y ayudar a los progenitores a planificar la sucesión, hasta formarlos profesionalmente, pagar las tasas escolares y procurar una básica atención de la salud.
En Uganda, por ejemplo, el UNICEF apoya el
Uganda Women's Effort to Save Orphans (UWESO), (UWESO), que ayuda a las comunidades a iniciar proyectos generadores de ingresos, tales como la apicultura o una agricultura con futuro. Estos proyectos también prestan micro-créditos para ayudar a las mujeres a emprender un pequeño negocio.
Por ultimo, el UNICEF ayuda a garantizar que esas comunidades tengan un contacto regular con los niños y niñas huérfanos a cargo de sus hogares para asegurarse de que están adecuadamente alimentados, de que van a la escuela y están a salvo de la explotación y de abusos.

Niña de 13 años que presenció el asesinato de sus padres. Albergue para niños huérfanos por la guerra interna, Misión de Ocopa, Junín, 1995. Foto: Cecilia Larrabure, de la serie "Ciertos Vacíos".